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Lo estafan y lo dejan sin nada en Penonomé

EDILSA GONZALEZ ROCA
COCLÉ.

En la calle, está viviendo César Castrejón, un chiricano que por la esperanza de un empleo cayó en manos de unos estafadores que le quitaron todo lo que tenía y lo abandonaron en Penonomé, en donde ahora, duerme en las banca del parque o del hospital y lucha día a día por conseguir sus alimentos.
Castrejón, vivía alquilado en la ciudad capital por Juan Díaz, perdió su empleo y tras mucho buscar y no encontrar, vio un anuncio de posibilidades de empleo en Minera Panamá, viajó a Penonomé a llevar su hoja de vida y fue allí cuando comenzó su desgracia, al ser interceptado por dos delincuentes que le dijeron ser representantes de Minera Panamá y que le podrían conseguir un empleo.

Lo convencieron de dejarle su hoja de vida y sus datos, a la semana siguiente le llamaron asegurando que tenía empleo con una empresa subcontratista de Minera, pero debía conseguir 300 dólares para pagar la casa donde se quedaría alquilado, como no tenía trabajo, les dijo no tenía dinero, a lo que le respondieron que si quería trabajar ganando buen dinero consiguiera y los llamara.
Con esa esperanza, César, vendió su cama, su televisor y una estufa con tanque de gas en 400 dólares, los dos sujetos lo fueron a buscar a la terminal de Albrook en un auto Mitsubishi negro, con calcomanías que decían el loco volvió, lo trasladaron a Penonomé y lo dejaron en un centro comercial con la promesa de volver a buscarlo, se llevaron las maletas on su ropa y lo poco que tenía.
Acudió a la Policía y esta lo refirió al Ministerio Público en donde no tomaron en cuenta su denuncia por no saber los nombres y apellidos de los estafadores y tampoco haberse percatado de la placa del auto en que fue transportado, por lo que ahora lucha por sobrevivir solo y sin poder comunicarse con su familia en Potrerillos Chiriquí.
Cada día recorre la ciudad, buscando donde ganarse un camarón, cargando mercancía, lavando autos, va a los proyectos de construcción y cualquier obra pero no consigue un empleo seguro, si desayuna no almueza y a duras penas logra algo de cenar, se baña en el río y duerme en las bancas del hospital o en el parque.
César apela a la conciencia de los estafadores a que le devuelvan sus maletas, o que alguien le consiga un empleo en donde poder recuperarse e iniciar nuevamente su vida, pues no tiene nada más que sus ganas de seguir luchando pasar salir adelante.

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