EDILSA GONZALEZ ROCA
COCLÉ.
Las mujeres y especialmente las rurales son parte importante del desarrollo de sus comunidades, sin embargo adolecen de muchas oportunidades y siguen estando en situación de pobreza y desigualdad en comparación con los hombres.
Este 15 de octubre se celebró en el mundo el Día Internacional de la Mujer Rural, según el Secretario de la Organización de Naciones Unidas, Antonio Guterres, las mujeres rurales ocupan un tercio de la población mundial y son el 43% de la mano de obra agrícola, pero a pesar de ser buenas gestoras siguen por debajo de los hombres en acceso a oportunidades de poseer la tierra y de créditos.
Esther Flores de la comunidad de Tucué, en el norte de Penonomé, desconocía de la celebración del Día de la Mujer Rural, pero reconoce su importancia pues asegura tienen muchas ocupaciones y el trabajo les cuesta mucho más sobre todo para llevar el alimento de sus hijos a casa.
Ella forma parte las 324 mujeres que en la provincia de Coclé, son miembros de los proyectos de Redes Territoriales del Mides, que con apoyo de entidades como el Idiap e Inadeh se les capacita, empodera y enseña a cultivar la tierra como una alternativa para garantizar su seguridad alimentaria y ser líderes de sus comunidades, ayudando así al cumplimiento de los ODS hacia el 2030.
Vidalina Alabarca, vive en San Pedro, también al norte de Penonomé, asegura que es importante darle realce a estas fechas tanto de la mujer rural como el de la alimentación, sobre todo porque hace falta más ayuda para los hombres y mujeres que hacen producir la tierra y que en su mayoría viven en áreas rurales y que por ser de subsistencia su trabajo no es valorado.
Tanto Esther como Vidalina, son mujeres del campo que trabajan la tierra en sus pequeñas parcelas ayudada por las capacitaciones de Redes Territoriales siembran arroz, maíz, hortalizas, vegetales, crían pollos e incluso pescados, porque tienen muy claro que cultivando la tierra tienen alimentos sanos y baratos.
No obstante al igual que muchas mujeres en las áreas en donde habitan adolecen de acceso a los servicios básicos y una infraestructuras públicas adecuadas, por lo que hacen el llamado a las autoridades a seguir apoyando los programas destinados a mejorar su calidad de vida y sobre todo los que les capacitan para lograr mejores resultados en sus cultivos.