
Una quebrada que pasa por debajo de la vía Panamericana, cerca del área de Ingramar en Penonomé, se ha convertido en una seria amenaza sanitaria y ambiental para quienes viven en sus alrededores. El afluente, cuyo nacimiento se encuentra en las lomas de Penonomé, está contaminado por aguas negras sin tratar provenientes de una barriada cercana, a las que se suman descargas de otras comunidades del sector.

Además de la contaminación, la quebrada está obstruida por basura y lodo, lo que impide el libre flujo del agua y ha provocado desbordamientos que llegan hasta una vivienda situada al lado del cauce, lo que hace que, durante la temporada de lluvias, la situación se agrave, ya que genera inundaciones que en ocasiones impiden la salida de los residentes de la vivienda.
Iván Rodríguez, quien reside en la vivienda, denunció que la contaminación ha traído consigo la proliferación de mosquitos, malos olores y la aparición de moscas que le han causado ronchas en la piel. “Las plantas de tratamiento no están conectadas al sistema del IDAAN. Yo he pedido ayuda para dragar la quebrada, pero no he recibido respuesta. Ahora viene el invierno y la casa se inunda”, expresó preocupado.
Rodríguez hizo un llamado urgente a los Ministerios de Ambiente y de Salud, para que inspeccionen la zona y tomen acciones que eviten una emergencia mayor. También lamentó que el crecimiento urbano sin planificación esté contaminando la quebrada que desemboca en el lago de Lajas, un lugar que recuerda con nostalgia por su limpieza y belleza natural.





