EDILSA GONZALEZ ROCA

COCLÉ.

Desesperanzada y al borde de la desesperación vive Maybelline Villegas junto a su esposo y sus tres hijos, su vivienda si es que se le puede llamar así al rancho donde habitan, está a punto de caerse, su esposo está enfermo y duras penas logran comer.

La madre de tres hijos de 15, 6 y 5 años de edad, ha tenido que hacerle frente a la enfermedad de su esposo que aún joven padece una lumbalgia crónica, trastornos de ansiedad y un raro síndrome que le produce un calor muy grande en el cuerpo, que lo mantiene incapacitado para trabajar y solo ella puede buscar sustento para sus hijos.

Vivían de la agricultura, sembrando yuca, otoe, arroz, maíz y frijoles, con eso aunque sencilla lograban la alimentación de sus hijos, pero ante los problemas todo eso desapareció en el monte, hace un año les habían prometido una casa de Techos de Esperanza y como no tenían más espacio donde construirla tumbaron su casa de tierra y ahora viven en lo que antes era la cocina.

El sitio que no tiene más de cuatro metros cuadrados es un peligro, en una cama de tablas duermen los cinco miembros de la familia, la ropa cuelga del jorón, el fogón está a menos de un metro de la cama y a la misma distancia el baño y lavadero, no hay mesas ni sillas, casi no tienen nada.

El techo es de pencas  cada vez que llueve de noche los niños se despiertan mojados por las goteras, las paredes son de hojas de zinc viejo y pedazos de sabanas y cartón, en el piso la humedad es notable y uno de los niños sufre de asma que empeora en medio del frio del piso de tierra y el humo del fogón.

Maybelline llora, pues dice que sufre al no tener donde meter a sus hijos y protegerlos de las lluvias que cada vez arrecian más y teme que en cualquier noche el viento les tumbe lo poco que tienen por lo que pide ayuda para que el Miviot cumpla con la promesa de un techo que le devuelva la esperanza.

Hay días en los que ni siquiera tienen que comer, pues por la enfermedad del esposo a quien tiene que cuidar y la edad de sus hijos no puede conseguir un trabajo, sus suegros viven en igual pobreza extrema y no los pueden ayudar, los niños van a la escuela y allá logran desayunar y almorzar, pero en casa a veces no hay, una yuca dura o un guineo sancochado con café es lo más que logran cenar.