Darío Fernández A.
En la comunidad de Las Delicias Arriba en el corregimiento de Penonomé, a escasos siete minutos del centro de la ciudad, un puente peatonal de hormigón duerme el sueño eterno, abandonado a la orilla del río Marica, simbolizando promesas incumplidas y la falta de seriedad de la administración gubernamental hacia sus comunidades.
El puente, tipo peatonales como los que hay a lo largo y ancho de la carretera Panamericana, fue trasladado desde la provincia de Panamá Oeste hace dos años a un costo considerable, que rondó los 100 mil balboas, según informaron en su momento las autoridades a la comunidad.
Sin embargo, su izado y colocación siguen pendientes debido a la necesidad de dos grúas cuyo alquiler asciende a 40 mil balboas. Las bases del puente fueron construidas con esfuerzo comunitario, pero la intervención gubernamental ha sido insuficiente para completar el proyecto.
La señora Denaida Carrasco, residente de la comunidad desde hace aproximadamente 40 años, manifestó su preocupación por los desafíos que enfrentan los habitantes, especialmente durante la temporada de lluvias, cuando deben cruzar el río con el agua hasta el cuello. Esta situación afecta gravemente a adultos mayores, estudiantes y personas con problemas de salud que requieren atención hospitalaria.
Carrasco hizo un llamado urgente a los nuevos administradores del Ministerio de Obras Públicas (MOP), instándolos a priorizar y finalizar este proyecto tan importante para la comunidad. La colocación del puente beneficiaría a unas 35 familias del sector, mejorando significativamente su calidad de vida y su traslado seguro a Penonomé o hacia sus hogares.
La comunidad de Las Delicias Arriba espera que con la próxima administración del MOP, se logre finalmente la instalación del puente, permitiendo así justicia social y una mejora en las condiciones de vida de sus habitantes.
